14/02/2013 – Entrar en el silencio de Dios, lugar de la verdadera grandeza (Lc. 2, 42)


Homilía inédita de Mauricio Zúndel, en el Cenáculo de Ginebra, en 1957.

María y José no comprendieron las palabras que él les dijo. Sus padres humanos no lo entienden. La Virgen lo sabía, pero la sorprendieron las palabras de Jesús, por lo mucho que ella se parecía a los demás. Esto nos permite encontrar una escala de valores auténticos y nos libera de lo maravilloso de los evangelios apócrifos. (Jesús hacía pajaritos de barro y los hacía vivir, etc.)

Lo que hacemos no es nada. Lo que somos es todo. El Evangelio tiene horror de lo maravilloso. Felices los que no vieron pero creyeron.

La grandeza cristiana es grandeza escondida. Tenemos que aprender eso cada día.

No buscar parecer sino ser. Existir como espectáculo de libertad y Amor; no hay trampa posible con la grandeza. No podemos camuflar el vacío que somos, ni impedir el brillo de la grandeza. Actuamos por lo que somos. Nos libera el que existe olvidándose a sí mismo para difundir la luz que lleva dentro.

Tenemos tentación de desanimarnos con los días vacíos, o de enorgullecernos de tal o cual cosa. Ambas cosas son falsas pues basta que vivamos en la luz para que nuestra acción sea universal. Inmensa escuela de esperanza y verdad. Toda una cadena de infidelidades condiciona nuestras vidas. Toda vida recibe su grandeza a través de la vida oculta de la Sagrada Familia, cuya única grandeza está en existir. También es ése su único apostolado. Nadie se convertirá jamás si nosotros no somos para él un espacio de luz y de Amor. Ante la autenticidad, nadie puede permanecer totalmente insensible.

Nietzsche pensaba que Zaratustra no moriría jamás; pero su vida no era transparente a la Presencia divina sin revestirla de palabras que dan náuseas.

El Evangelio de la Sagrada Familia representa una nueva escala de grandeza. Entrar en el silencio que es Dios, un momento cada día, para que los demás puedan descubrir el tesoro escondido que llevamos. Jesús oculto en el seno de la Familia, tanto que su madre se acostumbra y recibe un choque cuando el plano profundo y silencioso se manifiesta… Dios será eternamente un Dios escondido y silencioso.